Blossom End Rot (BER) is a common physiological disorder affecting crops like tomatoes and peppers. It typically manifests as dark, sunken lesions at the blossom end of the fruit, leading to significant quality deterioration and, in severe cases, complete loss of yield. Once the rot appears it can’t be reversed, so early prevention essential for safeguarding crop productivity.
Preventing BER requires a clear understanding of its causes and the underlying plant mechanisms involved.
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What Causes Blossom End Rot?
Blossom End Rot is primarily the result of calcium deficiency in the fruit tissues. Calcium is vital for building strong cell walls, and when it is lacking, plant cells become structurally weak. This structural collapse leads to tissue death and the visible symptoms of BER.
However, while the immediate cause is calcium deficiency in the fruit, multiple factors influence the plant’s ability to deliver enough calcium to developing fruits:
- Limited Calcium Availability: This can result from low calcium levels in the soil. More commonly — and harder to manage — low availability results from competition with other cations for root uptake. Magnesium, potassium, and ammonium-nitrogen are nutrients that may hinder calcium absorption. Sodium, which is harmful in other ways, also competes with calcium.
- Limited Calcium Mobility: Calcium is transported within the plant exclusively through the xylem – the water-conducting tissue. Therefore, calcium must travel from roots to shoots with the transpiration stream. Plant organs like stems and leaves, which experience intense water flow, typically receive sufficient calcium. Fruits, however, with much lower water movement, are particularly prone to calcium deficiency.
Water Flow Dynamics
During the day, transpiration creates a negative pressure that draws water – and calcium – upward, mostly toward the leaves. Only about 20% of the calcium reaches the fruits.
At night, when transpiration slows, water uptake continues via osmotic differences between the soil and the roots. This process builds positive root pressure, pushing water and calcium more uniformly throughout the plant – including the fruits.
Disruptions to this delicate water-calcium dynamic can increase the risk of BER.
Causas de la pudrición apical
La pudrición apical es, principalmente, el resultado de la deficiencia de calcio en los tejidos de la fruta. El calcio es muy importante para la formación de paredes celulares fuertes. Cuando hay escasez de calcio, las células vegetales se debilitan estructuralmente. Este colapso estructural provoca la muerte del tejido y la aparición de los síntomas visibles de la pudrición apical.
Sin embargo, si bien la causa inmediata es la deficiencia de calcio en el fruto, varios factores influyen en la capacidad de la planta para suministrar suficiente calcio a los frutos en desarrollo:
- Disponibilidad limitada de calcio: esto puede deberse a niveles bajos de calcio en el suelo. Sin embargo, lo más frecuente y complejo de manejar es que otros nutrientes presentes en el suelo compitan con el calcio por su absorción en las raíces. El magnesio, el potasio y el nitrógeno en forma de amonio son algunos de ellos. El sodio, que es perjudicial en otros aspectos, también compite con el calcio.
- Movilidad limitada del calcio: el calcio se transporta dentro de la planta únicamente a través del xilema, el tejido que se encarga de conducir el agua. Por eso, el calcio debe viajar de las raíces a los brotes con la corriente de transpiración. Los órganos con flujo de agua intenso, como los tallos y las hojas, suelen recibir suficiente calcio. En cambio, los frutos, que presentan una menor tasa de transpiración, tienden a presentar deficiencia.
Dinámica del flujo de agua
Durante el día, la transpiración genera una presión negativa que impulsa el ascenso del agua y del calcio, dirigiéndolos principalmente hacia las hojas. Solo alrededor del 20% del calcio llega a los frutos.
Durante la noche, cuando la transpiración disminuye, la absorción de agua continúa gracias a las diferencias osmóticas entre el suelo y las raíces. Este proceso genera una presión positiva en las raíces, que empuja el agua y el calcio de manera más uniforme por toda la planta, incluidos los frutos.
Las alteraciones de esta dinámica delicada entre el agua y el calcio aumentan el riesgo de que se produzca la pudrición apical.
Factores que aumentan el riesgo de pudrición apical
En la práctica, es frecuente que factores tanto ambientales como nutricionales interfieran en la absorción y el transporte del calcio hacia los frutos, lo que aumenta la probabilidad de que se desarrolle la pudrición apical.
Factores relacionados con la absorción de calcio
- Niveles bajos de calcio en el agua de riego: la insuficiencia de calcio en la fuente de agua limita la disponibilidad para la planta.
- Proporción alta de amonio en comparación con el nitrato en la fertilización: el amonio compite con la absorción de calcio, lo que impide el transporte hacia las frutas.
- Uso de fertilizantes a base de urea: la urea se degrada en amonio, lo que intensifica la competencia con el calcio.
- Niveles altos de potasio y magnesio: los niveles excesivos de K⁺ y Mg²⁺ pueden competir aún más con la absorción de calcio.
- Tipo de sustrato: los desequilibrios nutricionales son más evidentes en suelos ligeros y medios sin suelo, mientras que los suelos más pesados proporcionan una mayor capacidad de amortiguación.
Factores relacionados con el flujo de agua y el transporte de calcio
- Baja humedad nocturna: especialmente en presencia de vientos secos; la pudrición apical es menor durante el invierno fresco y húmedo, así como en el verano cálido y húmedo.
- Riego insuficiente: la falta de riego aumenta la salinidad del suelo y dificulta la absorción de agua y calcio.
- Niveles altos de sodio: el exceso de sodio dificulta la absorción de calcio, tanto por la competencia directa de los iones como por la reducción del flujo de agua a través de las raíces.
Factores que aumentan el riesgo de pudrición apical
Dada la complejidad de los factores involucrados, es fundamental una estrategia de gestión integral para prevenir la pudrición apical:
- Mantener un riego constante: evitar las fluctuaciones que alteren el flujo de agua hacia los frutos.
- Controlar y administrar la nutrición con calcio: garantizar un niveles adecuados de calcio mediante soluciones de Nutrigación™ (fertirrigación) y, si es necesario, reforzar con alimentación foliar.
Conozca las soluciones de calcio de Haifa:
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- Utilizar una fertilización equilibrada: elegir fertilizantes que contengan poco amonio y un nivel adecuado de nitrato. Reducir el uso de urea, particularmente durante las fases de desarrollo del fruto.
- Ajustar la composición del fertilizante: adaptar los programas de fertilización según el tipo de suelo, la fase del cultivo y las condiciones ambientales para optimizar la disponibilidad de calcio.
➡️ Utilice la herramienta NuriNet™ para generar un programa de Nutrigación™ (fertirrigación) optimizado. - Controlar la salinidad: controlar la salinidad del agua y el suelo para evitar la compe tencia iónica que limite la absorción de calcio.
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Si bien una planificación cuidadosa de la fertilización reduce significativamente el riesgo de que se produzca la pudrición apical, no garantiza una protección completa. Los factores ambientales aún pueden afectar ocasionalmente el transporte de calcio.
Por lo tanto, una gestión cuidadosa del riego y la nutrición sigue siendo fundamental para preservar la calidad de los cultivos y lograr la máxima producción.