Clima
Las cebollas prosperan en climas templados, libres de temperaturas extremas y lluvias excesivas. La temperatura media diaria óptima para el cultivo de cebolla se sitúa entre 15 °C y 20 °C.
En condiciones típicas, el bulbo se forma durante la primera temporada de crecimiento, mientras que la floración ocurre en la segunda.
El desarrollo del bulbo está fuertemente regulado por la duración del día, que varía según la variedad, de 11 a 16 horas. Un clima fresco y la humedad suficiente durante las primeras etapas de crecimiento favorecen un buen establecimiento. Por el contrario, las condiciones cálidas y secas durante la fase de maduración contribuyen a obtener mayores rendimientos y mejor calidad de bulbo.
Suelo
Las cebollas pueden crecer en una amplia gama de tipos de suelo, aunque se desarrollan mejor en suelos fértiles, bien drenados y de textura media. Este tipo de suelos permite realizar operaciones mecánicas oportunas tras lluvias o riegos, lo que facilita el manejo efectivo de enfermedades, plagas y malezas.
Para promover un crecimiento saludable, las camas elevadas deben colocarse preferiblemente en la dirección del viento predominante para mejorar la circulación del aire. El pH óptimo del suelo se encuentra entre 6.0 y 7.0.
Requerimientos típicos de nutrientes para cebollas:
- Nitrógeno (N): 200–300 kg/ha
- Fósforo (P) 100–150 kg/ha
- Potasio (K) 300–400 kg/ha
Guía de estado de nutrientes del suelo (ppm)
Estado del suelo | Fósforo | Potasio | Zinc |
Muy deficiente | 0-5 | <40 | <0.3 |
Deficiente | 5-9 | 40-80 | 0.3-0.5 |
Intermedio | 10-15 | 80-120 | 0.5-0.8 |
Suficiente | >15 | >120 | >0.8 |
Métodos de análisis:
Fósforo: Bicarbonato de Olsen
Potasio: Acetato de amonio
(Fuente: UC Davis 2016)
| Riego Se recomienda un riego frecuente y ligero, programado cuando aproximadamente el 25 % del agua disponible en los primeros 30 cm de suelo se haya agotado. El intervalo típico es cada 2 a 4 días. El exceso de riego aumenta el riesgo de enfermedades como la podredumbre blanca y el mildiú. El riego debe suspenderse de 15 a 25 días antes de la cosecha, ya que un riego tardío puede retrasar la madurez y provocar grietas en la piel del bulbo Las cebollas son extremadamente sensibles al estrés hídrico, especialmente durante la formación del bulbo. La falta de agua en esta etapa puede reducir significativamente el tamaño y el rendimiento de los bulbos, además de provocar rajaduras o la formación de bulbos dobles o múltiples.
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Salinidad
Las cebollas son sensibles a la salinidad del suelo. La siguiente tabla muestra el efecto del aumento de salinidad sobre el rendimiento:
Conductividad (mmhos/cm) | 1.2 | 1.8 | 2.8 | 4.3 | 7.5 |
Disminución del rendimiento | 0% | 10% | 25% | 50% | 100% |
La incorporación de fertilizantes en las camas antes de la siembra puede aumentar la concentración de sales, lo que podría dañar las plántulas. Una vez establecidas, las cebollas se vuelven más tolerantes a la salinidad, pero es necesario controlar problemas como la toxicidad por boro o sodio, que suelen estar asociados al agua de riego.
Competencia con malezas
Las cebollas son naturalmente malas competidoras debido a su lento crecimiento inicial y a su follaje erguido. El control eficaz de malezas es esencial desde la siembra para evitar la competencia por nutrientes, luz y humedad, lo que puede reducir considerablemente el rendimiento.
