Sobre el cultivo

La patata (Solanum tuberosum) es una planta herbácea anual que puede alcanzar hasta 100 cm de altura y produce tubérculos, que son tallos engrosados con un alto contenido de almidón, lo que la convierte en el cuarto cultivo alimenticio más importante del mundo, después del maíz, el trigo y el arroz.
La patata pertenece a la familia de las solanáceas y comparte el género Solanum con al menos otras 1.000 especies, incluidas el tomate y la berenjena. S. tuberosum se divide en dos subespecies ligeramente diferentes: andigena, adaptada a condiciones de días cortos y cultivada principalmente en los Andes, y tuberosum, la patata actualmente cultivada en todo el mundo, que se cree desciende de una pequeña introducción en Europa de patatas andinas que más tarde se adaptaron a condiciones de días largos.

 

 

Parámetros de calidad del rendimiento de la patata

Las patatas se consumen frescas o se procesan en chips y aperitivos fritos. También se utilizan para producir almidón.
Las patatas destinadas a la industria se valoran por el rendimiento, el tamaño, la forma y, sobre todo, por el contenido de materia seca (medido por la gravedad específica). A medida que aumenta la gravedad específica, disminuye el contenido de agua de la patata, mejorando las propiedades de fritura y el sabor. Factores de manejo, incluida la nutrición vegetal, influyen en el rendimiento, la calidad y las propiedades de conservación de la patata.

 

Etapas de crecimiento

El desarrollo de la patata se clasifica en cinco fases distintas, cada una con procesos específicos y necesidades nutricionales diferentes:

Fase I: Desarrollo del brote

Los brotes se desarrollan a partir de los “ojos” de los tubérculos-semilla y crecen hacia arriba hasta emerger del suelo. Las raíces comienzan a desarrollarse en la base de los brotes emergentes.

Fase II: Crecimiento vegetativo

Las hojas y tallos se desarrollan a partir de los nudos aéreos. Las raíces y estolones se forman en los nudos subterráneos. Comienza la fotosíntesis.

Fase III: Inicio de la tuberización

Los tubérculos se forman en las puntas de los estolones, aunque todavía no aumentan significativamente de tamaño. En la mayoría de los cultivares, el final de esta fase coincide con la floración temprana.

 

Fase IV: Engrosamiento del tubérculo

Las células del tubérculo se expanden con la acumulación de agua, nutrientes y carbohidratos. Los tubérculos se convierten en el principal órgano de almacenamiento de carbohidratos y nutrientes inorgánicos.

Fase V: Maduración

Las plantas se vuelven amarillas y pierden las hojas; la fotosíntesis disminuye, el crecimiento del tubérculo se ralentiza y las plantas acaban muriendo. El contenido de materia seca del tubérculo alcanza su máximo y la piel se endurece.

El momento exacto de estas fases depende de muchos factores ambientales y de manejo que varían según la ubicación y el cultivar.

 

Condiciones de crecimiento

Suelo

Las patatas crecen en la mayoría de los suelos, tanto orgánicos como minerales. Sin embargo, se recomiendan suelos ligeros y de textura media cuando se practica la cosecha mecanizada, para evitar dificultades en condiciones meteorológicas adversas.
El pH del suelo debe ser superior a 5,5. Un pH inferior a 4,8 perjudica el crecimiento. Condiciones demasiado alcalinas afectan a la calidad de la piel y pueden inducir deficiencias de micronutrientes.

Riego

Durante la fase inicial, hasta la formación de tubérculos, es esencial mantener el suelo húmedo y uniforme hasta una profundidad de al menos 10-15 cm. La frecuencia del riego depende del tipo de suelo y del clima.
En la segunda fase, durante el desarrollo de los tubérculos, el riego será menos frecuente (cada 3-5 días), lo que permite una respiración radicular eficiente y acelera el crecimiento. Se puede regar prácticamente hasta la cosecha.
Un riego inapropiado en la fase de iniciación del tubérculo puede afectar a la calidad de la piel e influir en la aparición de fitopatógenos.
El método más recomendable es el riego por goteo monitorizado con fertirrigación (Nutrigation™).

 

 

Sensibilidades especiales 

Cloruro
La patata es sensible al cloruro en el suelo y el agua de riego. El daño se manifiesta en puntas y bordes de hojas quemados, amarilleo y deformaciones. Los fertilizantes libres de cloruros favorecen un crecimiento sano, mayor rendimiento y mejor calidad de los tubérculos.

Deficiencia de boro
Una carencia de boro durante el crecimiento del tubérculo puede provocar “corazón hueco” (cavidad en el centro del tubérculo sin síntomas externos). Se recomienda controlar los niveles de boro, especialmente en fases críticas. El crecimiento rápido de los tubérculos (a veces por baja densidad de plantación) también puede causar este problema.

Condiciones de almacenamiento
El “corazón negro” aparece cuando hay falta de oxígeno en los tubérculos durante el almacenamiento. No se soluciona con mejores condiciones de cultivo, solo con un almacenamiento adecuado.

 

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